Los ladrones entraron a robar, se quedaron encerrados en el local y todos se rieron de ellos. Cuando llegaron a robar al lugar, el dueño les cerró la puerta de entrada entonces no pudieron salir.
Es la peor forma de hacer el ridículo mientras robaban.
Las personas que se encontraban afuera se reian y por supuesto llamaron a la policía que llego de inmediato.
Sin dudas este es uno de los mayores ridículos de la historia
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