
La cuerda la sostenía su hermano y la pequeña, de apenas siete años, tuvo la suerte de escapar sin lesiones demasiado graves tras ser proyectada violentamente contra el techo del elevador.
El hermano mayor fue quien sacó a la niña del ascensor, desatando rápidamente la cuerda de su cintura.
A pesar del aparatoso incidente la pequeña solo sufrió heridas leves en las rodillas y la cabeza.