
Ser una foca no consiste en estar siempre en la playa o en sus orillas. Una foca puede ser capaz de vivir aventuras geniales si sabe cómo manejarse y obtener siempre lo que quiere.
Esta foca ya es un cliente habitual en esta pescadería de Dublín que da al río porque hasta tiene un nombre: Sammy.
Puede ser realmente un ejemplo para cuando nosotros no logramos algo, la clave es insistir, mira cómo lo hace esta foca.
¡Genial! Es realmente un ejemplo muy divertido. Lo más gracioso es que no se conforma con un solo pescado, sino que vuelve para pedir otro y supongo que será así sucesivamente hasta que quede satisfecha por completo, ni más ni menos.
Otra reacción que es también muy divertida es la de los perros que se desesperan y al mismo tiempo se asustan al ver a la foca.
Sammy es sin dudas un cliente muy insistente que siempre obtiene lo que quiere.
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